Y dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y referencia; que domine los peces del mar, las aves del paraíso, los animales domésticos, los reptiles de la tierra.»No hay resquicio para echar ausencia en cara, ni para la amargura, ni para una posible pérdida de confianza. Todo lo contrario: es un perdón que no solo cura la herida y limpia